A propósito de la controversia producida por la eliminación de la asignatura de filosofÃa en la enseñanza media, ¿qué efectos conlleva esto para la práctica clÃnica?
1. FilosofÃa y sociedad: ¿Qué sujetos formar?
Revuelo ha generado la decisión del Mineduc respecto a las modificaciones curriculares en torno a la enseñanza media. Esto, producto ya que se pretende eliminar del plan común la asignatura de filosofÃa, dejandose solamente como un electivo a optar.
Destacadas han sido las respuestas hacia esta decisión, donde resalta el hecho de promover una educación más técnica, pues esto permite preparar de mejor manera a los alumnos para una posterior inserción en lo laboral. Justamente, lo que se genera tras esta decisión es tecnificar la educación de los alumnos, a costa de quitarles espacios en donde se puedan conocer a sà mismos, espacios donde exista un momento para reflexionar en torno al mundo que los rodea.
ImplÃcito, detrás de esta acción, el Mineduc avala formar sujetos al servicio del sistema neoliberal, en desmedro de formar sujetos que piensen y se cuestionen el modelo propiamente tal.
2. Ejecutar a costa de pensar
No hay que confundirse, el problema no es que se promueva una educación técnica más fuerte. El problema es la educación técnica en vez de la asignatura de filosofÃa.
En vista de que la asignatura de filosofÃa tiene como objetivo promover alumnos pensantes sobre su entorno y sobre sà mismos, sujetos crÃticos que se cuestionen, que se pregunten, renunciar a esta formación implica desalentar la formación ética de los alumnos; implica evitar espacios para pensar la libertad, la justicia, la sociedad, el ser.
Pareciera ser que el mensaje del Mineduc es formar sujetos que ejecuten tareas, sin cuestionarse esas tareas mismas.
El Mineduc avala formar sujetos al servicio del sistema neoliberal, en desmedro de formar sujetos que piensen y se cuestionen el modelo propiamente tal.
3. De la escuela al diván
Ahora bien, ¿qué efectos tiene esta decisión sobre la práctica clÃnica?
La filosofÃa no solo promueve el conocimiento del mundo que nos rodea, sino también del mundo interior. El auto-conocimiento y la capacidad de reflexionar sobre sà mismo son habilidades que impulsa la lectura crÃtica de la filosofÃa. Preguntarse sobre las acciones de uno mismo o de los otros, o sobre lo bueno o malo de éstas mismas, son facultades que deben ser fomentadas.
La clÃnica actual señala que los malestares actuales han ido variando. Hoy por hoy, el sujeto que consulta da cuenta de una relación muy particular con el saber; o más bien, con el no querer saber.
No querer saber sobre su malestar.
Hoy por hoy, el sujeto que consulta da cuenta de una relación muy particular con el saber; o más bien, con el no querer saber
El paciente actual prefiere exigirle a un otro que solucione sus problemas, que le entregue un saber respecto a aquello que lo atormenta, y que encuentre una respuesta de manera inmediata. Ante esto, la oferta de terapias que prometen soluciones breves se ha intensificado, promoviendo la eliminación de sÃntomas de diversas maneras. Justamente lo que dan cuenta estas terapias radica en que eliminar los sÃntomas no implica, casi nunca, eliminar el problema de raÃz.
El espejismo que suscita la farmacologÃa apunta a esto: consumir antidepresivos puede ayudar a sentirse mejor en el momento, pero no va a acabar con el sufrimiento detrás. Por eso es que los fármacos se deben utilizar como un complemento a la terapia.
Gran parte de los movimientos que se hacen en la clÃnica radican hacer surgir una pregunta por parte del paciente, tal vez la más común pero a la vez la más singular, sobre su malestar. Pero para llegar a eso debe haber un espacio de reflexión, de querer saber sobre uno mismo, de interrogarse y cuestionarse por aquellas acciones o decisiones que le han traÃdo sufrimiento. Implica querer saber más del inconsciente propio, en un movimiento que permite dejar de culpabilizar al otro, y comenzar a hacerse responsable de aquello de lo que se sufre. Cuestiones que sin duda fomenta la filosofÃa.
Reinsertar la filosofÃa dentro de las aulas implica un gesto hacia los alumnos, una invitación al cuidado sobre si mismos, de habilitar un lugar para esas dudas, tan cotidianas, pero tan singulares a la vez.
M.