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  • Foto del escritorMatias Villalobos

La historia no es el pasado - Una cura a través del psicoanálisis

Cada vez escucho con mayor frecuencia frases como "no entiendo para qué ir al psicólogo", "las cosas no van a cambiar" o, ante los problemas y el estrés "mejor ir a un spa". Estos cuestionamientos (válidos, sin duda) me llevan a interrogarme sobre la práctica que desarrollo, y levantar ciertas preguntas, como por ejemplo: -¿qué tiene para ofrecer el psicoanálisis?- o tal vez formulado de otra forma -¿existe una cura a través del psicoanálisis?- y, de ser así, ¿Cuál?

Una escucha particular

Recogeré la forma en la cuál he planteado esta situación para poder guiarme sobre una respuesta (parcial, sin duda) sobre estos temas.

La oferta, en tanto aquello que ofrece el psicoanálisis, no consiste a priori en algo realmente elaborado. Más bien, la gran oferta que promueve el psicoanálisis es bastante básica: ofrece una escucha. Pero es una escucha bastante particular puesto que, al menos en un registro, la escucha se orienta a través de un elemento: la singularidad.

¿Qué quiere decir que la escucha se oriente a través de la singularidad?

En parte, quiere decir orientarse por la historia de ese sujeto, aquella ficción que se ha construido en torno a sí mismo y que, al final, desemboca en relatos que dan cuenta de un sufrimiento muy propio, muy singular.


La escucha se orienta a través de la singularidad

La historia no es el pasado

Orientarse por la historia del sujeto permite trabajar aquellos elementos que han ocurrido y que continúan, aún, insistiendo en el presente. No se trata de ir a encontrar un hecho en concreto, una escena realmente vivida en el pasado, que dé cuenta del sufrimiento actual de un paciente. Habitualmente persiste una caricatura sobre el psicoanálisis en donde se requiere mucho tiempo en un proceso puesto que se debe hablar (principalmente) de todo aquello que ha ocurrido en el pasado para poder comenzar a hablar del presente. Nada mas alejado de la práctica; es el presente, el sufrimiento actual, el cuál guía la cura desde el relato, el que permite inmiscuirse en la historia del paciente, pero no al revés.

Y permite inmiscuirse en la historia del paciente, no en el pasado.

Puesto que lo relevante no son los hechos concretos y realmente comprobables que hayan ocurrido en la vida de un sujeto, sino la historia que se cuenta ese sujeto sobre esos hechos.

Para poner un ejemplo, lo importante no es si un sujeto era castigado o golpeado por su madre cuando era niño, lo relevante es la historia que cuenta, en el presente, ese sujeto sobre ese evento, puesto que ese relato en la actualidad da cuenta de una posición que tomó ese sujeto sobre el evento ("cuando pequeño me golpeaban porque yo era ..."), y que puede hacerlo sufrir en el presente. El trauma en psicoanálisis deviene trauma propiamente tal en un segundo momento, cuando ese evento se articula a otros eventos, frases, situaciones, etc.

El término posición permite articular estos dos momentos, la historia que el sujeto se cuenta, y el presente: el pasado, en tanto hechos ocurridos ("Yo era golpeado cuando niño") es uno, pero la posición sobre ese hecho, que aparece en la historia, en el relato del sujeto, pueden ser muchas ("Yo era golpeado cuando niño: porque le contestaba a mis padres, porque me gustaba molestarlos...").

Puesto que lo relevante no son los hechos concretos y realmente comprobables que hayan ocurrido en la vida de un sujeto, sino la historia que se cuenta ese sujeto sobre esos hechos.

Una cura a través de la historia

Lo relevante entonces no es el pasado, sino la reconstrucción (1) que hace un sujeto sobre ese pasado, una reconstrucción muy singular. Y si se piensa que la historia no es el pasado (2), se señala justamente que para un pasado pueden haber infinitas historias. El hecho de que el sujeto crea que hay solo una historia para ese pasado es justamente porque lo vive así, y es una labor del analista elaborar, en conjunto al paciente, un nuevo relato, una nueva historia que permita al sujeto vivir de un modo mas armonioso ese pasado.


Asistir a un proceso analítico es, precisamente, "reescribir la historia" (3), aquella que le genera sufrimiento al paciente, encontrar una posición distinta sobre ese pasado, una posición que el mismo sujeto elija y que le permita apaciguar el sufrimiento que lo ha traído a consultar, vinculando así, el pasado, la historia, y el presente.



M.



Citas:

(1) "En los textos de Freud encontramos la indicación formal de que lo exactamente revivido- que el sujeto recuerde algo como siendo verdaderamente suyo, como habiendo sido verdaderamente vivido, que comunica con él, que él adopta- no es lo esencial, lo esencial es la reconstrucción, termino que Freud emplea hasta el fin".

Lacan, J. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. Paidós. Barcelona-Buenos Aires, 1981, pág. 28.


(2)"La historia no es el pasado. La historia es el pasado historizado en el presente, historizado en el presente porque ha sido vivido en el pasado "

Lacan, J. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. Paidós. Barcelona-Buenos Aires, 1981, pág. 27.


"[...] Diré finalmente de qué se trata, se trata menos de recordar que de reescribir la historia".

Lacan, J. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. Paidós. Barcelona-Buenos Aires, 1981, pág. 29.

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